martes, 21 de septiembre de 2010

Everything you wanted.

Si, el boxeador. Y es que Kele pelea en sus canciones....es increíble como puede transformar en música todos esos sentimientos  y conseguir que piense que la canción esta hecha para mi....para cantarla, sentirla en mi piel cuando me dan escalofríos al escucharla y llorarla...como hace él en su video.


"Veo las bolsas en el pasillo vació,
puedo decir que algo ha cambiado.
Veo el dolor escrito en la cara
y se que te he llevado demasiado lejos.
si quieres dejarme, 
has de saber una cosa.

Podría haberte dado todo lo que quisieras, todo lo que necesitases....

Hubo momentos en los que me perdí, 
pero me dijeron que estaba solo a mitad de camino,
pero tú estabas ahí, en mis pensamientos,
en mi cabeza,
en mi corazón,
por encima del lado izquierdo.


Porque se que nuestro tiempo ha pasado, 
pero debes saber una cosa,
yo te podría haber dado todo lo que quisieras, todo lo que necesitases....

y yo digo, 
dale, dale soy un deero,
me resulta difícil respirar..."




Me ha sucedido varias veces con varias canciones y artistas, pero no por ello dejará de sorprenderme el hecho de encontrar una canción que exprese el 100 % de mis sentimientos en un preciso instante de mi vida....

No se qué sería de mi sin música....no sería yo.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Al decir depravación, ¿no se estaría refiriendo a la ternura?

"No sé qué es la vida para ti, querida lectora, querido lector, pero para mi es algo que se mastica, y se abraza,que se vive con el alma, sí, pero también, y fundamentalmente, con la piel, los huesos y las entrañas.
La vida es algo que nos dice: ¡atrévete!
Lo aprendí de mi Maestro.
Meses antes yo era diferente, de eso trata esta historia."
Diosa, Juan Abreu

martes, 14 de septiembre de 2010

They are not YOU.

"At this moment there are 6,470,818,671 people in the world. Some are running scared, some are coming home. Some tell lies to make it through the day. Others are now just facing the truth. Some are evil men at war with good, and some are good struggling with evil. Six billion people. Six billion souls. And sometimes all you need is ONE."

En este instante hay 6,470,818,671 personas en el mundo. Algunas huyen atemorizadas, otras vuelven a casa. Algunas dicen mentiras para enfrentarse al día a día. Otros están ahora mismo encarando la verdad. Algunos son hombres malvados en guerra con el bien, y algunos son buenos luchando con el mal. Seis mil millones de personas. Seis mil millones de almas. Y a veces todo lo que necesitas es UNA. "


miércoles, 8 de septiembre de 2010

Cerrando circulos

Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos, como quieras llamarlo. Lo importante es poder cerrarlos, y dejar ir momentos de la vida que se van clausurando.

¿Terminó tu trabajo?, ¿Se acabó tu relación?, ¿Ya no vives más en esa casa?, ¿Debes irte de viaje?, ¿La relación se acabó? Puedes pasarte mucho tiempo de tu presente "revolcándote" en los porqués, en devolver el cassette y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho. El desgaste va a ser infinito, porque en la vida, tú, yo, tu amigo, tus hijos, tus hermanos, todos y todas estamos encaminados hacia ir cerrando capítulos, ir dando vuelta a la hoja, a terminar con etapas, o con momentos de la vida y seguir adelante.

No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos porqué. Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltarlo, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros. ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir! Por eso, a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar presentes, cambiar de casa, romper papeles, tirar documentos, y vender o regalar libros.

Los cambios externos pueden simbolizar procesos interiores de superación. Dejar ir, soltar, desprenderse. En la vida nadie juega con las cartas marcadas, y hay que aprender a perder y a ganar. Hay que dejar ir, hay que dar vuelta a la hoja, hay que vivir sólo lo que tenemos en el presente.
El pasado ya pasó. No esperes que te lo devuelvan, no esperes que te reconozcan, no esperes que alguna vez se den cuenta de quién eres tú. Suelta el resentimiento. El prender "tu televisor personal" para darle y darle al asunto, lo único que consigue es dañarte mentalmente, envenenarte, y amargarte.



La vida está para adelante, nunca para atrás. Si andas por la vida dejando "puertas abiertas", por si acaso, nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción. ¿Noviazgos o amistades que no clausuran?, ¿Posibilidades de regresar? (¿a qué?), ¿Necesidad de aclaraciones?, ¿Palabras que no se dijeron?, ¿Silencios que lo invadieron? Si puedes enfrentarlos ya y ahora, hazlo, si no, déjalos ir, cierra capítulos. Dite a ti mismo que no, que no vuelven. Pero no por orgullo ni soberbia, sino, porque tú ya no encajas allí en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en esa oficina, en ese oficio.


Tú ya no eres el mismo que fuiste hace dos días, hace tres meses, hace un año. Por lo tanto, no hay nada a qué volver. Cierra la puerta, da vuelta a la hoja, cierra el círculo. Ni tú serás el mismo, ni el entorno al que regresas será igual, porque en la vida nada se
queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por ti mismo, desprender lo que ya no está en tu vida.


Recuerda que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo. Nada es vital para vivir porque cuando tú viniste a este mundo, llegaste sin ese adhesivo. Por lo tanto, es costumbre vivir pegado a él, y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy te duele dejar ir.

Es un proceso de aprender a desprenderse y, humanamente se puede lograr, porque te repito: nada ni nadie nos es indispensable. Sólo es costumbre, apego, necesidad. Pero cierra, clausura, limpia, tira, oxigena, despréndete, sacúdete, suéltate.

Hay muchas palabras para significar salud mental y cualquiera que sea la que escojas, te ayudará definitivamente a seguir para adelante con tranquilidad. ¡Esa es la vida!


 Paulo Coelho

domingo, 5 de septiembre de 2010

Between the devil and the deep blue sea.

Hay momentos en los que la vida se complica ante tus ojos, situaciones que llegan a un punto en las que son imposibles de manejar, se apoderan de terreno cedido y agarran el timón para llevarte mar adentro.

Asunto dificil si te das cuenta de que te encuentras entre la espada y la pared, inmovilizado, sin posibilidad de tregua,..... ni siquiera das un minimo de lastima....

Crees que estás en una situación limite, cuando lo que te dejas entre lineas es que es claramente una situación de ARREPENTIMIENTO.

Porque probablemente hayas sido tu mismo quien haya creado tal situación, y te enfrentas ante ti mismo como culpable y no hay marcha atrás.

Que queda? Mirarle al problema a la cara, es lo que queda....decir sin miedo, si, "mea culpa", y sin rodeos afrontar las consecuencias.

Porque es un error, y de los errores se aprende. Y la vida sería muy poco divertida si fuesemos perfectos...

Incluso pasado un tiempo te reirás de ti mismo, comentando lo idiota que fuiste y lo rápido que pasa el tiempo.

La última vez que viví una situación parecida solo tuve que abrir los ojos y con un vistazo a una simple sonrisa, y en un microsegundo pasé de estar saltando hacia el profundo oceano a encararme con el diablo.

Ahora, solo me hace falta mi propia sonrisa para seguir adelante.




miércoles, 1 de septiembre de 2010

Memento Mori

Aquí dejo un extracto del relato "Memento Mori" (Recuerda que eres mortal) de Jonathan Nolan, en el que se basó su hermano Christopher para  la peliculaza "Memento".
Me impactó, me cautivó....me recreó en mi propia búsqueda personal....y hubo una frase con la que mis sentidos se quedaron en stand-by: "Quizás haya hecho esto antes, quizá haya quemado miles de cosas tuyas,...no me acuerdo de olvidarte".




"Tu mujer solía decir siempre que llegarías tarde a tu propio funeral. ¿Lo recuerdas? Su pequeña broma a tu costa, porque ibas dejado, siempre tarde, siempre olvidando cosas, incluso antes del incidente.

Justo ahora te estas preguntando si llegaste tarde al suyo.

Estuviste, puedes estar seguro. Al menos eso muestra la fotografía que tienes clavada en la pared de tu puerta. No es normal hacer fotografías en un funeral, pero alguien, tus médicos supongo, sabían que no lo recordarías. Aumentaron el tamaño y la belleza de la fotografía y la dejaron ahí, lo que te obligaba a verla cada vez que te levantabas para ir a buscarla.

¿El tío de la fotografía, el de las flores? Eres tú. ¿Y qué estás haciendo? Estás leyendo la lápida, intentando averiguar de quien es el funeral en el que estás, lo mismo que estás leyendo ahora, intentas averiguar por qué alguien dejaría una fotografía al lado de tu puerta.

Ella se ha ido, se ha ido para siempre, y debes estar pasándolo realmente mal, escuchando la noticia. Créeme, se como te sientes. Seguramente seas un desastre. Pero date cinco minutos, puede que diez. Tal vez una media hora entera antes de que olvides.

Pero siempre olvidas, te lo garantizo. En unos pocos minutos te iras derecho a la puerta, buscándola otra vez, viniéndote abajo cuando encuentres la fotografía. ¿Cuántas veces tienes que escuchar la noticia antes de que alguna otra parte de tu cuerpo, otra que no sea tu atrofiado cerebro, comience a recordad?

El dolor nunca acaba, la ira nunca acaba. Inútil, sin sentido. Puede que no entiendas lo que ocurre. Tampoco puedo decir que realmente lo entienda. Amnesia anterógrada. Eso es lo que dice tu ficha. Enfermedad por la que no recuerdas nada. Tu conjetura es tan buena como la mía.

Quizás no puedas entender que te ocurrió. Pero ¿recuerdas que le ocurrió a ella, o no? Los médicos no quieren hablar de ello. No quieren responder a mis preguntas. No creen que sea bueno para una persona en tu situación oír hablar de esas cosas. Pero ¿recuerdas lo suficiente, o no? Recuerdas su cara.

Es por eso que te escribo. Tal vez sea inútil. No se cuantas veces tendrás que leer esto antes de escucharme. Ni siquiera se cuanto tiempo llevas encerrado ya en esa habitación. Tampoco tu. Pero la ventaja en el olvido, es que olvidarás escribirte a ti mismo como una causa perdida.

Tarde o temprano querrás hacer algo al respecto. Y cuando lo hagas, vas a tener que confiar en mi, porque soy el único que puede ayudarte.


EARL ABRE UN OJO seguido del otro encontrándose un largo techo de baldosas blancas interrumpido por un cartel hecho a mano colocado justo encima de su cabeza lo suficientemente grande para leerlo desde la cama. En algún lugar, un reloj despertador está sonando. Lee el cartel, parpadea, lee de nuevo, y a continuación echa un vistazo a la habitación.

Es una habitación blanca, en su mayor parte, desde las paredes y cortinas, hasta los muebles y la colcha. El reloj despertador está sonando en la mesa blanca, debajo de la ventana con cortinas blancas. A estas alturas Earl se percata, probablemente, de que está tumbado encima de su edredón blanco. Viste bata y zapatillas. 

Se tumba y vuelve a leer el cartel colocado en el techo. Dice, en desalentadoras mayúsculas: 
ESTA ES TU HABITACIÓN. ESTA ES LA HABITACIÓN DE UN HOSPITAL. AQUÍ ES DONDE AHORA VIVES.

Earl se levanta y mira a su alrededor. La habitación es grande para un linóleo hospital vacío que desde la cama se extiende en tres direcciones. Dos puertas y una ventana. La vista no ayuda mucho, aún con el grupo de árboles inmaculadamente cuidados en el centro del césped que termina en una franja de asfalto de dos carriles. Los árboles, a excepción de los de hoja perenne, se despojan de sus hojas a principios de la primavera, o a finales del otoño, una cosa u otra.

Cada centímetro de la mesa está cubierto por notas; cuadernos; listas, pulcramente escritas; libros de texto de psicología; fotos enmarcadas. Encima de todo este desorden, un crucigrama a medio hacer. El reloj despertador está sobre una pila de periódicos doblados. Earl para el despertador y coge un cigarro del paquete que hay junto a la manga de su bata. Busca una cerilla en los vacíos bolsillos de su pijama. Hojea entre los papeles de su mesa, mira rapidamente en los cajones. Finalmente encuentra una caja de fósforos de cocina pegado a la pared junto a la ventana. Hay otro cartel pegado en la pared, justo encima de la caja. Dice en chillonas letras amarillas, ¿CIGARRILLO? PRUEBA A ENCENDER PRIMERO UNO, IMBÉCIL. 

Earl se ríe del cartel, enciende su cigarrillo, y le pega una larga calada. Pegada a la pared que tiene justo en frente hay más papeles con un membrete 
TU HORARIO. 

Cada hora está trazada en bloques. De 10:00 p.m. a 8:00 a.m. está etiquetado como
 HORA DE DORMIR. Earl comprueba el reloj despertador: 8:15. Habida cuenta de la luz exterior, debe ser de la mañana. Comprueba su reloj: 10:30. Se lo acerca a la oreja y escucha. Le da un o dos vueltas a la manivela para que coincida con la hora del reloj despertador. 

De acuerdo con el horario, el bloque entero de las 8.00 a 8.30 está etiquetado como 
LIMPIAR TUS DIENTES. Se vuelve a reír y se dirige hasta el baño.

La ventana del baño está abierta. Mientras agita los brazos para mantenerse caliente, se percata de la presencia de un cenicero en el alféizar. Hay un cigarrillo en el borde del cenicero ardiendo de manera constante a través de un largo dedo de ceniza. Frunce el ceño, apaga la vieja colilla y la remplaza por una nueva. 

Una mancha blanca en el cepillo muestra que ya ha tratado con la pasta de dientes. El grifo es el típico de apretar para que salga una cantidad determinada de agua. Earl se pasa el cepillo por la mejilla y lo lleva hacia delante y hacia atrás mientras abre el armario de las medicinas. Los estantes están repletos de una gran cantidad de paquetes de un solo uso de vitaminas, aspirinas, antidiuritéticos. El enjuague bucal, un pequeño vaso de plástico sellado con líquido azul, también es de un solo uso. Unicamente las pasta de dientes es tamaño normal. Escupe la pasta y la remplaza por enjuague bucal. Al dejar el cepillo de dientes junto a la pasta, ve un aplastado pequeño pedazo de papel entre el respaldo de vidrio y acero del estante del armario de las medicinas. Escupe el espumoso liquido azul en el fregadero y aprieta el grifo en busca de un poco más de agua para enjuagarse la boca. Cierra el armario de las medicinas y le sonríe al reflejo del espejo.
 

"¿Quién necesita media hora para cepillarse los dientes?"
 

El papel ha sido plegado a un tamaño minúsculo, con la precisión propia de una nota de amor de sexto de primaria. Earl lo despliega y extiende sobre el espejo. Dice:
 
SÍ TODAVÍA PUEDES LEER ESTO, ES QUE ERES UN PUTO COBARDE. 

Earl mira el papel detenidamente sin llegar a comprender. A continuación lo lee de nuevo. Le da la vuelta. En el reverso dice:
 
P.D.: DESPUÉS DE LEER ESTO, ESCÓNDELO DE NUEVO. 

Lee nuevamente ambos lados, después vuelve a doblar la nota a su tamaño original y la mete debajo de la pasta de dientes.
 

Tal vez entonces note la cicatriz. Nace justo debajo de la oreja, irregular y espesa, y desaparece bruscamente en la línea del pelo. Gira la cabeza y mira con el rabillo del ojo para seguir el recorrido de la cicatriz. Lo traza con la punta del dedo, y entonces recuerda el cigarrillo ardiendo en el cenicero. Un pensamiento se apodera de él y sale fuera del baño.




Agarra con una mano el picaporte de la puerta de su cuarto. Hay dos fotografías pegadas en ella. La atención de Earl pasa a la primera de la resonancia magnética, un brillante marco negro con cuatro recuadros del cráneo de alguien. Escrito en el recuadro pone, TU CEREBRO. La mira fijamente. Círculos concéntricos de diferentes colores. Puede distinguir las enormes órbitas de sus ojos y, detrás de estos, los lóbulos gemelos de su cerebro. Suaves arrugas, círculos, semicírculos. Pero allí mismo, en mitad de su cabeza, marcado con un circulo, un túnel que nace en la parte posterior de su cuello, como un gusano en un albaricoque, es algo diferente. Deformado, roto, pero inconfundible. Una mancha oscura con forma de flor, allí mismo, en mitad de su cerebro. 

Se inclina para mirar la otra fotografía. Es la de un hombre que sostiene un ramo de flores, de pie sobre una tumba fresca. El hombre está inclinado leyendo la lápida. Durante un momento, esto una sala de espejos o el principio de un boceto de lo infinito: el hombre se inclinó más, mirando al hombre más pequeño, se inclinó, para leer la lápida. Earl mira la fotografía durante un buen rato. Puede que comience a llorar. Puede que se quede en silencio mirando fijamente la foto. Finalmente vuelve a la cama, se deja caer, cierra sus ojos e intenta dormir.
 

El cigarrillo ardiendo sin parar en el baño. El reloj cuenta hasta diez y vuelve a sonar. 


Earl abre un ojo seguido del otro encontrándose un largo techo de baldosas blancas interrumpido por un cartel hecho a mano colocado justo encima de su cabeza lo suficientemente grande para leerlo desde la cama.

Nunca volverás a tener una vida normal. Has de saberlo. ¿Cómo poder tener novia si no recuerdas como se llama? No podrás tener hijos, no a menos que quieras que crezcan con un padre que es incapaz de reconocerlos. Seguro que no podrías conseguir trabajo. No hay muchas profesiones que valoren el olvido. Puede que la prostitución. La política seguro.

No. Tu vida ha terminado. Eres hombre muerto.Lo único que los médicos esperan es que no te conviertas en una carga, al menos para los presentes. Y seguramente nunca te dejarán volver a casa, donde quiera que esté.

Por lo que la cuestión no es "ser o no ser", porque tú no eres. La cuestión es si quieres hacer algo al respecto. Si la venganza es para ti.

La mayoría de la gente lo hace. Durante algunas semanas, se planea, se trama, se toman medidas para la venganza. Pero el paso del tiempo es todo lo que necesita ese impulso inicial para erosionar. El tiempo es oro, ¿no es al menos eso lo que dicen? Y tarde o temprano el tiempo nos convence a la mayoría de nosotros de que el perdón es una virtud. Convenientemente, a cierta distancia la cobardía y el perdón parecen idénticas. El tiempo te roba el valor.

En el caso de que el tiempo y el miedo no sean suficientes para disuadir a la gente de su venganza, siempre habrá alguna autoridad, agitando suavemente su cabeza y diciendo: Te entendemos, pero tú eres mejor persona. Estás por encima, no te rebajes a su nivel. Y además añaden: Si haces alguna tontería, te encerramos en un agujero.

Pero ellos ya lo han hecho, ¿o no? Solo que ellos no han puesto mucho cuidado, ya que te toman por un lisiado. Un cadáver. Un vegetal que no se acordaría de comer o hacer una mierda si no hubiese alguien allí para recordártelo.

Y en cuánto al paso del tiempo, bueno, eso ya no te afecta, ¿no? Unicamente los diez mismos minutos de siempre, una vez, y otra. Así que, ¿cómo perdonar que no te acuerdes de olvidar?

Eres seguramente del tipo de dejarlo ir, ¿no? Antes al menos. Pero ya no eres el que solías ser. Ni siquiera la mitad. Eres una fracción; el hombre de los diez minutos.

Por supuesto, la debilidad es fuerte. Es el impulso primario. Probablemente prefieras quedarte sentado en tu cuarto llorando. Vivir en tu finita colección de recuerdos, puliendo cada uno. La mitad de un vida tras un cristal y cubierta con cartón como si de una colección de insectos exóticos se tratase. ¿Te gustaría vivir tras ese cristal, no? Conservado en gelatina.

Te gustaría pero no puedes, ¿verdad? No puedes debido a la última adicción de tu colección. Lo último que recuerdas. Su rostro. Su rostro y tu mujer pidiéndote ayuda con la mirada.

Y tal vez sea aquí donde te retires cuando haya terminado. A tu pequeña colección. Se pueden bloquear con una copia de seguridad en otra habitación y puedes vivir el resto de tu días en el pasado. Pero solo si tienes un pequeño trozo de papel en tus manos que diga que lo tienes.

Sabes que tengo razón. Sabes que hay mucho por hacer. Puede parecer imposible, pero estoy seguro de que si cada uno cumple con su parte, lo conseguiremos. Pero no tenemos mucho tiempo. De hecho, solo tienes diez minutos. Esto empieza de nuevo. Por lo que haz algo con el tiempo que tienes."